La autoestima

La premisa esencial o prioritaria que todos necesitamos es que nos concedan atención, una atención concentrada, no una que se dispersa.

Si quedas con una persona para contarle un problema, y está persona comienza a voltear la cabeza o cambia de tema, es más que seguro que no volverás a quedar con ella si tienes un nuevo problema que deseas compartir.
La atención que nos profesan es muy importante porque nos hace sentir que estamos vivos y que somos importantes.

¿Qué ocurre cuando estamos rodeados de personas que no saben escuchar, sobre todo cuando hablamos de sentimientos?

Que nos toca a nosotros ofrecernos esa atención concentrada que merecemos.
Nuestra atención con cómo nos sentimos, es primordial y la más importante, ya que no siempre estaremos rodeados de personas que saben escuchar.
Cuestiónate y escucha tu respuesta. Imagina que estás hablando con tu niñ@ interior. Escoge una foto de cuando eras niñ@ y dirígete a ella. Pregúntale cómo se siente porque, como sois la misma persona, es como preguntarte a ti mismo, pero de esta manera, tal vez te resulte más fácil.

Escucha y ofrécele tu amor y tu ayuda.

Si los demás ignoran o pasan de tus sentimientos y tú también, es como NO existir, dado que eres lo que sientes.
Por eso, las bocas populares dicen:» El mejor desprecio es el no aprecio». Y ahora reflexiona
sobre este particular: «¿Te escuchaban tus padres y podías compartir con ellos lo que sentías? Si la respuesta es negativa, te ayudará a ser más comprensivo y empático con tu autoestima actual. Reflexiona.

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