La empatía

Un concepto del que se habla mucho estos últimos tiempos pero del cual no estoy tan segura que se entienda.

El otro día le pregunté a una amiga: Para ti, ¿Que es la empatía? Me contestó: ponerse en el lugar de la otra persona- esta respuesta es de manual porque la mayoría de la gente te contesta precisamente eso, como algo aprendido, pero si indagas un poco más, te das cuenta de que no acaban de tenerlo claro ni te saben poner un ejemplo.

¿Qué es ponerse en el lugar de la otra persona?

¿Entenderlo? ¿Comprender? La empatía va más allá que todo eso, es ponerse en el CORAZÓN de la otra persona; ahora pondré un ejemplo y se despejará toda duda para quien la tuviera.
Un chico viene de jugar la final de fútbol y han perdido.
Casi todas las personas corren a consolar y a quitarle hierro a su dolor, dado que sufren y se preocupan de verlo sufrir.

  • Hijo, tranquilo, el año que viene tendrás otra oportunidad.
  • Pero es que hasta el año que viene falta mucho tiempo y yo me siento mal hoy.
  • Jordi, no te lo tomes tan a pecho, al fin y al cabo de trata de un juego, de deporte…
  • Pero ese deporte es mi vida y estuve todo el año entrenando mucho. No es justo. Un gol marcado ya en el fuera de tiempo y lo dieron por válido.
    De momento la madre no ha sido empática, por más buenas que fueran sus intenciones.
    Ahora la madre comenzará a ser empática.
  • La verdad es que debe dar mucha rabia que hayan ganado en el último momento y de esa manera, vosotros estabaís felices pensando que ya habíais ganado, tiene que ser difícil de digerir.
    Jordi permanece en silencio, parece que empieza a serenarse.
  • No es justo Jordi, sé lo ilusionado que estabas con este partido. Además, es cierto que entrenaste mucho.
    Jordi se levanta del sillón y le pone, momentáneamente, la mano sobre el hombro.
  • No te preocupes madre, tienes razón es un partido y, además, el año que viene estoy seguro que ganaremos.
    Y se marcha a tirar canastas en el jardín.
    El milagro de la empatía es que aparte de relajar al otro, éste acaba pensando cómo tú, pero no le entraba sin empatía primero.

Otro ejemplo simpático que yo percibí con 19 años; tenía yo entonces un novio que se exasperaba cuando alguien le hacía una falta al conducir, y entonces gritaba y decía de todo, a mí me desagradaba, en un principio, que se pusiera tan nervioso, pero al final me sumé a sus críticas y levanté la voz, tan pronto ocurría esto él se tranquilizaba. Otro milagro de la empatía; probadlo con alguna persona que le pase lo mismo. Resultado garantizado.

Yo, entonces, pensaba que él se silenciaba porque yo decía lo mismo que él y me enfurruñaba, y que él pensaba que para decir los dos lo mismo, que lo dijera yo y así él se descansaba, con los años aprendí que no era esa la razón sino que le estaba dando empatía sin saberlo. Me hace gracia el recordarlo.

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