Más que niños desobedientes, yo veo niños que también buscan ser respetados y que empaticen con sus sentimientos. No por ser pequeños merecen que los adultos pasen por encima de ellos.
Cuántas veces habré observado que un niño sujeta la puerta a un adulto y éste no le da ni las gracias.
No nos olvidemos que NO son personitas de segunda clase.