Antes de todo, deciros que considero a la Baja Autoestima como la raíz de toda problemática emocional que incide en nuestra vida diaria.
Cuando una persona ha sufrido carencias afectivas desde su infancia, o sea que no se ha sentido amado ni valorado, no aprende a quererse a sí mismo y repite los mismos esquemas con los que fue educado. Una persona que no sabe amarse ni valorarse siente inseguridad y miedos, además de tristeza. Además de que cualquier “fracaso” lo considera fruto de sí mismo al 100% y no tiene en cuenta otras variables ni factores circunstanciales, por lo que cada vez que esto ocurre se va hundiendo más en el concepto de “NO VALER”, desconocedor de que las personas VALEN por el mero hecho SER Y EXISTIR y NADA tienen que demostrar a Nadie.
Yo hice mi propia terapia con la psicóloga Teresa Alfonso que utilizaba la vertiente, Humanista-Transaccional. Me enriqueció mucho, me ayudó a ver cosas que yo sola no hubiera podido ver y terminé con una notable Autoestima. Considero imprescindible el hecho de hacer tu terapia personal si vas a trabajar con pacientes. Si tienes un nivel de Autoestima similar al de tus pacientes será muy difícil el poderlos ayudar.
Con esto me refiero a que venga el paciente con la problemática que venga, me dirijo, siempre, a la raíz: La Baja Autoestima. Al acrecentar su Autoestima, irá reduciéndose el malestar que sufra.
Al finalizar la terapia, aparte de haber elevado vuestra Autoestima, y solucionado lo que os angustiaba, habréis aprendido a conoceros y dispondréis de un montón de herramientas psico-emocionales para poder enfrentar cualquier evento negativo que os depare la vida.